🧪 El Día que el Plástico Desapareció
- PAOLA BRIGNARDELLI NOTHOLT
- 10 sept
- 1 Min. de lectura
No fue de golpe, pero un día el plástico dejó de estar en todos lados. Bolsas, envases, botellas, empaques... desaparecieron como si nunca hubieran existido. Y no porque se prohibieran, sino porque ya no eran necesarios.
Este escenario no es utopía, sino una tendencia en evolución: materiales biodegradables, reciclables infinitamente o incluso comestibles están tomando el lugar del plástico tradicional.

¿Qué lo reemplazó?
Bioplásticos hechos de algas o almidón de maíz.
Envases que se disuelven en agua o en tierra.
Embalajes comestibles, usados en snacks, frutas o cápsulas de café.
Nanopelículas comestibles que conservan alimentos sin residuos.
¿Qué cambió ese día?
Los océanos comenzaron a sanar más rápido.
Los basureros dejaron de crecer.
Las industrias rediseñaron sus cadenas completas.
Se crearon nuevas profesiones: diseñadores de empaques vivos, ingenieros de bioenvoltorios, etc.
El día que el plástico desapareció, la sociedad no colapsó, simplemente encontró una forma más inteligente de relacionarse con sus desechos. No fue magia: fue ciencia, diseño, política… y una nueva forma de pensar.




Comentarios