🌬️ Royalties de la Naturaleza: ¿Quién Cobra por el Aire?
- MARCELO
- 10 sept
- 2 Min. de lectura
En un mundo donde las canciones, las películas e incluso los memes generan regalías, ¿por qué no el aire limpio?
La idea de cobrar por el uso de los recursos naturales no es nueva, pero con las herramientas tecnológicas actuales —blockchain, sensores ambientales, contratos inteligentes— está surgiendo una pregunta poderosa: ¿Quién debería recibir pagos por preservar los bienes comunes como el oxígeno?

🌱 Naturaleza como Propiedad Intelectual Colectiva
Imagina que un bosque en la Sierra Madre Occidental, al purificar el aire que respira toda una región, pudiera generar una compensación económica directa para las comunidades que lo protegen. O que los árboles urbanos en una ciudad contaminada generaran “royalties verdes” para los cuidadores del arbolado.
En este modelo, se utilizan sensores IoT para medir la captura de carbono, la purificación del aire o la producción de oxígeno. Esa data se registra en blockchain, y con base en ella se emiten tokens o micropagos que representan el valor generado por el ecosistema.
💰¿Aire Gratis? No si Está en Riesgo
Este concepto no significa que respirar vaya a tener costo. Significa que quien protege y cuida el aire limpio reciba un incentivo, en lugar de depender solo de subsidios o donaciones. Es un modelo que premia la conservación con dinero, en lugar de castigar la destrucción con multas (que muchas veces no se pagan).
🛰️ De la Amazonia a la Azotea
Ya hay pilotos en curso en países como Brasil, Colombia y México, donde comunidades están recibiendo tokens ambientales por mantener sus selvas en pie. La idea se está extendiendo incluso a techos verdes urbanos, que podrían formar parte de redes que generan “royalties de aire” en ciudades contaminadas.
🌎 Un Futuro de Regalías Naturales
Los royalties de la naturaleza no se tratan de privatizar lo que es de todos, sino de asignar valor real al cuidado del planeta. Así como un compositor cobra por su canción, un ecosistema debería tener derecho a cobrar por su servicio ambiental.
Porque si no valoramos el aire limpio ahora, quizás lo terminemos comprando embotellado.




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