Tejiendo Sostenibilidad: El Despertar Necesario de las Empresas Familiares
- Melissa Peña Felix
- 16 ene 2024
- 2 Min. de lectura
A lo largo del siglo XX, un flujo constante de inmigrantes llegó a nuestras tierras con un sueño compartido: escapar de las adversidades de una Europa marcada por el hambre y las guerras. Con determinación, forjaron pequeños emprendimientos que, con el tiempo, evolucionaron en sólidas empresas familiares. No obstante, en este viaje también quedaron rezagados algunos. ¿Cuál es la distinción clave?
Un reciente estudio del Instituto de la Empresa Familiar de la Universidad de Barcelona, centrado en 661 miembros de Empresas Familiares (EFA's) de Latinoamérica, revela respuestas claras y tendencias impactantes. Según el informe, el 91% del éxito de las EFA's descansa en lo que se denomina el Sistema Fundacional, compuesto por dos pilares: la visión de los fundadores/propietarios (48%) y la dedicación (43%). Este sistema es trascendental, marcando la dirección de la organización a través de valores sólidos y liderazgos arraigados.
En contraste, el estudio señala las fragmentaciones, en algunos casos, dentro del núcleo familiar. Esto ocurre cuando se entrelazan los roles del sistema fundacional con las competencias necesarias para liderar la empresa. Entre los errores más comunes, reconocidos por los propios familiares propietarios, que perjudican la rentabilidad, se destacan los conflictos familiares por fallos en la comunicación, problemas organizativos no resueltos profesionalmente y una administración deficiente.
Llegados a este punto, ¿significa que todo está perdido? ¿Es posible enderezar el rumbo? Sí, y la clave radica en fortalecer el sistema Social de la organización, revitalizando las relaciones y el capital social que animan la red de relaciones familiares en función de la empresa. Es crucial mejorar el modelo de comunicación diaria, donde se toman decisiones y se desarrollan las actividades.
El desafío actual de una EFA está vinculado con comprometerse al desarrollo del capital social de la red de relaciones. Este desarrollo busca armonizar la comunicación, el trabajo en equipo y la confianza, conocidos como las “3C”: comunicación, compromiso y confianza. La empresa tiene la oportunidad, y el desafío, de despertar la conciencia de estas cualidades en cada miembro para impactar positivamente en las relaciones internas y externas.
Es hora de un despertar en las Empresas Familiares, que suelen ser PyMES y constituyen una parte crucial del tejido productivo. Es la oportunidad de no solo hacer y alcanzar resultados, sino de hacerlo con desarrollo y sustentabilidad, contando con personas y relaciones comprometidas y con autogestión responsable. Una oportunidad para no solo dar continuidad a lo iniciado por sus fundadores, sino para crecer con valor agregado para la empresa y su entorno.
Esta nota es del autor Melissa Peña Félix y está certificada con número: 03-2023-112807341700-01





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